domingo, 23 de octubre de 2011

Oral o escrita, mejor escrita.


Me gusta leerte, tus palabras tienen cierto impacto en mi cerebro, entran por mis ojos, llegan al cerebro, cortan mi respiración en los pulmones, se meten al corazón y de ahí se cuela al torrente sanguíneo, me hacen cosquillas, hasta que aparto la vista, es tal la conmoción que tengo que dejarte de leer, para después repasar las mismas tres o cuatro oraciones que tengo tuyas escritas. Me da miedo seguir leyendo, me da miedo tener de frente esas otras cinco o tal vez seis oraciones, porque cada palabra es más fuerte que la contigua. Veo cosas, suspiro, a ratos ya no respiro, repito, repito, repito lo mismo, sí, quiero estar contigo...

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