miércoles, 26 de octubre de 2011

Sonrientes...



Mis ojos estaban sonriendo, te estaban viendo caminar, pasar frente a mí, provocarme con tu omisión, que creo que es irreal, como puedes ignorar estos ojos? Ojos sonrientes que dejas al marchar… Tu cabello parece electrizado, separado cada hebra una de la otra, lacio como espinas, aunque el temor al dolor no me hace apartar la idea de acariciarlo con la yema de mis dedos, jugar con él, saber a qué huele porque sería tu olor natural sin necesidad de estar peinado, solo ahí, lacio, como espinas de matorral. No eres muy alto, al menos para mí, la relación entre tus brazos y piernas es fenomenal, gruesos como troncos de árbol, ya me imagino como has de abrazar, firme, fuerte, franco, fresco, frondoso, frenético… no sé, necesitaría sentirme acogida entre tus brazos y develar el misterio de tu reciedumbre. Dejas una estela con tu aroma, quiero agitar los brazos para que se vaya y salgas de mi cabeza, pero no puedo, solo pienso como seria olfatear la fragancia directamente de tu cuerpo, que decir de sentirlo… Solo quiero que dejes de ignorar a estos ojos, que te observan al andar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario