jueves, 16 de agosto de 2012

En la oscuridad.

Manos que con la oscuridad, escribir no podrán. 
Aquella noche, Enedina estaba somnolienta, no podía creer que estando con EL se la estuviera pasando tan mal, pensaba y pensaba en como huir de ese tortuoso encuentro, trataba de dormir, pero los ronquidos sel susodicho eran tan estruendosos como para espantarle las ganas de llegar a Morfeo, sentía el cuerpo desnudo de su amante recién llegado de lugares extraños en los que según esto el tenía un buen trabajo, pasó tanto tiempo extrañándolo que al final, ya no sentía un ápice de deseo por tocar su cuerpo, sentirlo entre sus mas profundos recovecos. Finalmente cerró los ojos y su mente comenzó a divagar, llego a frases extraordinarias que no podía anotar, solo se decía "QUIERO PRENDER EL FOCO PARA ESTAS MALDITAS PALABRAS INMORTALIZAR" pero fue ahí donde la mejor literatura de su autoria llegó a su final. Al día siguiente, cuando de su "amorcito" se iba a alejar, el le pidió que se quedara un momento más, Enedina se quedó callada, callada, quieta, acostada y desnuda en la fría cama del hombre que no la supo amar, durmió, durmió tan plácidamente como en la noche anterior no supo como llegar.

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